Campos de azahar

Las temperaturas crecientes hacen que la savia empiece a moverse y que el árbol salga de su estacionamiento invernal.Los botones casi por arte de magia han empezado a crecer y muchos han comenzado a abrirse, impregnando con su fragancia el ambiente. Realmente uno se siente privilegiado al poder ser testigo de tanta belleza y de poder disfrutar de estos «campos de azahar».

El verde clorofílico queda en un segundo plano y las blancas flores, en todo su esplendor, empiezan a llamar a los primeros abejorros y abejas que, insaciables de nectar, las fecundarán con sus patas colmadas de polen.